Por Luis Bedoya
Dijimos nunca más después de los años oscuros de la dictadura, dijimos nunca más después de aquel violento 5 de marzo, hoy volvemos a decirlo para que no se vuelva a repetir lo del miércoles pasado, donde el fundamentalismo de los obsecuentes pudo más que el sentido común.
Es una frase que debemos tener siempre presente, porque no debemos tolerar y mucho menos naturalizar como sociedad, los abusos del poder.
Y cuando hablamos de sociedad, no se trata de un color político, ni un grupo de periodistas mal llamados “opositores”.
El nivel de intolerancia hacia aquel que se atreve a pensar por fuera de los lineamientos del MODELO, parece que es mala palabra para los que apoyan un régimen que está desgastado, es absurdo y a las claras carece de un argumento que justifique la desidia para con un pueblo que vive mal, sin oportunidades de progreso, con la terminal como única salida para los jóvenes y por si fuera poco, funcionarios oficialistas millonarios a los cuales no le cierra el blanco.
Agredir a un periodista es pasar un límite del que no se vuelve, ni con las disculpas que nunca se pronunciaron, solo demuestran intolerancia y sobre todas las cosas un nivel de cobardía que no se puede creer con tantos años en el ejercicio de la función pública. Capitulo aparte el manoseo de la fuerza policial donde lamentablemente muchos efectivos deben acatar ordenes a sabiendas que estan deshonrando el uniforme tan solo por cumplir con los caprichos de sus superiores y/o jefes políticos.
¿A qué le temen?
¿A las preguntas “incomodas” que solo buscan las respuestas que el pueblo necesita saber?
Al menos, por respeto a quienes pagan sus holgados sueldos permitiendo un estilo de vida que esta muy lejos de la realidad del formoseño de a pie, deberían responder con la misma predisposición que tienen a la hora de gozar de los privilegios del poder, cualquier inquietud sin importar el medio de comunicación.
Ayer, vecinos provenientes de distintos puntos de la ciudad se hicieron presente para sumarse a un reclamo que se dio de forma pacífica, lo que hizo innecesario el amplio despliegue policial que ante esta situación se redujo a unos pocos efectivos. Estuvieron presentes funcionarios que en su momento repudiaron lo sucedido y aunque desde la vereda de enfrente digan que es oportunismo político, solo se trató de empatía como ser humano y como funcionario ofrecer las garantías para que no se vuelva a repetir ningún hecho de violencia contra los presentes, ya sea que se estén manifestando o simplemente quieran realizar su trabajo como periodistas.
Para el resto de la sociedad que mira desde la comodidad de su casa, lamento decirles están equivocados si piensan que esto es solo un problema de unos pocos, porque si el régimen es capaz de ir por encima de un funcionario o un periodista, ¿ qué les espera a ustedes ciudadanos comunes cuando avasallen sus derechos ? ¿confían que los medios estatales o que reciben pauta oficial se harán eco de sus reclamos?
Solo le pido a la sociedad toda que no sea indiferente, porque esta es una lucha de todos para el beneficio de todos, ya el encierro más tirano del país demostró que a la clase gobernante les importa poco y casi nada el pueblo formoseño, ni siquiera se apiadaron de los propios “compañeros”.
Ellos solo hablan para su tribuna de fundamentalistas, y prefieren responder las preguntas de los medios obsecuentes que alaban una gestión inexistente.
No piensan reactivar la productividad de esta provincia, ya que se sienten cómodos administrando el dinero que les envía nación a un estado provincial parasito por opción y del cual no deben explicaciones a nadie. Si creen que estoy equivocado que me respondan porque no adhieren a la Ley de acceso a la Información Pública lo que nos permitiría conocer el patrimonio de nuestros vitalicios funcionarios.
Comencemos a reaccionar como pueblo, el momento es ahora, porque ya no está en juego nuestro presente, sino el futuro de nuestros hijos y el de las próximas generaciones de formoseños.
